Doce en punto. Medianoche.
El cielo reclama atención y la ciudad atenta le responde a oscuras en sus orillas. Miles y miles de personas, doblan el cuello hacia atrás y funden sus miradas en él.
Todos queremos los mejores fuegos y ayer los tuvimos, con ellos se da el fin a la semana grande, es decir fin a las corridas de toros, los conciertos por la patilla y demás cosas.
A por cierto sigo flipando con el de los pelos de pincho y la perilla de la foto de ayer, genial.
Mañana más.
Mañana más.
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