El Monasterio de Santa María de la Alcobaça fue construido a mediados del siglo XII. La construcción se sitúa en un enclave único, en la parte central de Portugal, rodeado por los ríos de Alcoa y Baça, lo que le convierte en uno de los monasterios más ricos de la ciudad.
Los monjes de este monasterio no tenían escasez de ningún tipo y, además, llevaban una vida de lo más sosegada y relajada, tanto que comenzaron a ser los más orondos de la región. Por este motivo, se tuvo que aplicar una solución drástica y decisiva para acabar con este “problema”.
Decidieron construir una puerta, llamada comúnmente “ la puerta de los gordos ”, que comunicaba el refectorio con el comedor, con el único inconveniente de que la puerta medía 2 metros de altura pero tan sólo 32 centímetros de anchura. Por lo tanto, el que no pudiera atravesarla se quedaría sin comer y hasta que no alcanzaba la anchura óptima que le permitía pasar hacia el otro lado, estaba “ castigado ” con la inanición.
El monasterio está considerado una joya arquitectónica dentro del arte portugués, ya que es la primera obra gótica que se erige en esta ciudad, pero su principal atracción es la famosa “ puerta de los gordos ”, pues es muy curioso que en la Edad Media se preocuparan hasta ese extremo por la salud.
¿Qué te parece la “dieta” que llevaron a cabo los monjes de este monasterio?
Autor Rosa Mª Huertas Franco
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